LA GUERRA DEL PELOPONESO

La Guerra del Peloponeso fue uno de los conflictos más importantes de la antigua Grecia, una contienda que tuvo lugar entre el 431 a.C. y 404 a.C. y que enfrentó a las dos principales potencias griegas: Atenas y sus aliados de la Liga de Delos contra Esparta y la Liga del Peloponeso. Esta guerra no solo marcó el declive de la Grecia clásica, sino que también expuso las divisiones internas entre las polis (ciudades-estado) griegas, debilitando su influencia y facilitando más adelante el auge de Macedonia.

Causas de la Guerra del Peloponeso

  • Rivalidad entre Atenas y Esparta: tras las Guerras Médicas (490-479 a.C.), Atenas se consolidó como la potencia dominante en el mar Egeo a través de la Liga de Delos. Este dominio económico y militar generó tensión con Esparta, una polis con un gran poder militar terrestre y líder de la Liga del Peloponeso.
  • Sistema político y cultural opuesto: Atenas representaba la democracia y una sociedad más abierta, mientras que Esparta defendía una organización oligárquica y conservadora. Estas diferencias ideológicas intensificaron la rivalidad entre ambas.
  • El imperialismo ateniense: Atenas, bajo el liderazgo de Pericles, utilizó los recursos de la Liga de Delos para fortalecer su propia posición. Ciudades aliadas comenzaron a percibir la Liga como un imperio ateniense, lo que generó resentimiento y provocó que algunas polis buscaran apoyo en Esparta.
  • Conflictos regionales: disputas menores, como la guerra entre Corinto (aliada de Esparta) y Corcira (aliada de Atenas), agravaron las tensiones. La intervención ateniense en Corcira y el bloqueo de Potidea también generaron hostilidades.
  • El decreto de Mégara: Atenas impuso un embargo comercial a Mégara, aliada de Esparta, que afectó gravemente la economía de esta polis.
  • La declaración de Esparta: ante las crecientes tensiones, Esparta declaró la guerra a Atenas en el año 431 a.C., alegando que los abusos de Atenas ponían en peligro la libertad de las polis griegas.

La Guerra Arquidámica (431-421 a.C.)

Esta fase inicial de la guerra debe su nombre a Arquidamo II, rey de Esparta, quien lideró los primeros ataques. Esparta adoptó una estrategia terrestre, invadiendo anualmente el ática (territorio ateniense) y destruyendo los cultivos para debilitar la economía de Atenas. Atenas, bajo el liderazgo de Pericles, evitó el enfrentamiento terrestre directo, confiando en su flota y sus murallas para abastecer a la ciudad desde el puerto del Pireo. La estrategia de Pericles consistía en resistir los ataques y desgastar a los espartanos a largo plazo.

Durante el segundo año de la guerra, una epidemia de peste golpeó a Atenas, causando la muerte de aproximadamente un tercio de su población, incluido el propio Pericles. Esto favoreció las incursiones espartanas y el bloqueo enemigo, afectando a la moral y economía de Atenas.

La primera fase terminó con la Paz de Nicias en el año 421 a.C., un tratado que pretendía establecer una tregua de 50 años.

La Paz de Nicias y la expedición a Sicilia (421-413 a.C.)

Aunque la Paz de Nicias establecía un alto el fuego, las hostilidades no cesaron por completo. Ninguna de las partes cumplió plenamente el tratado. Las tensiones continuaron entre aliados menores de Atenas y Esparta.

En el año 415 a.C., Atenas lanzó una ambiciosa expedición a Siracusa, en Sicilia, buscando expandir su influencia y asegurar recursos estratégicos. La expedición fue propuesta por Alcibíades, un carismático líder ateniense, pero resultó ser un desastre. Tras varias derrotas, el ejército y la flota atenienses fueron completamente aniquilados en 413 a.C. La derrota en Sicilia debilitó gravemente a Atenas, perdiendo hombres, barcos y recursos financieros.

La Guerra de Decelia o Jonia (413-404 a.C.)

Esta última fase fue la más crítica para Atenas. Esparta, aconsejada por Alcibíades (quien había desertado a Esparta), estableció una base en Decelia, cerca de Atenas, bloqueando el abastecimiento terrestre y asfixiando económicamente a la ciudad. El Imperio persa apoyó a Esparta financieramente, permitiendo que los espartanos construyeran una flota que pudiera desafiar a la armada ateniense.

La Batalla de Notio (407 a.C.) y la Batalla de Arginusas (406 a.C.) mostraron que la flota ateniense todavía era poderosa, pero las derrotas parciales mermaron sus recursos. La Batalla de Egospótamos (405 a.C.) fue decisiva. La flota ateniense fue destruida por el general espartano Lisandro, sellando el destino de Atenas.

Sin recursos ni flota, Atenas fue sitiada y finalmente se rindió ante Esparta. Los vencedores impusieron un régimen oligárquico conocido como el Gobierno de los Treinta Tiranos, que limitó drásticamente las libertades democráticas de la ciudad.

Consecuencias de la Guerra del Peloponeso

La Guerra del Peloponeso tuvo profundas consecuencias políticas, económicas y sociales para Grecia:

  • Declive de Atenas: la derrota significó el fin del liderazgo ateniense en el mundo griego. Su economía quedó devastada, y su poder naval, que había sido inigualable, fue reducido considerablemente.
  • Hegemonía de Esparta: Esparta emergió como la potencia dominante en Grecia, aunque su liderazgo fue breve y cuestionado debido a su incapacidad para administrar un imperio.
  • Crisis económica y demográfica: las continuas guerras, la peste y el agotamiento de recursos debilitaron la economía y redujeron significativamente la población de varias ciudades.
  • Fragmentación de Grecia: las divisiones internas entre las poleis griegas se profundizaron, facilitando la intervención de potencias extranjeras como Persia y, posteriormente, Macedonia.
  • Impacto cultural: la guerra inspiró obras como la Historia de la Guerra del Peloponeso de Tucídides, un relato crítico y analítico que sigue siendo una referencia histórica fundamental.

La guerra dejó a Grecia en un estado de agotamiento que permitió, décadas después, el ascenso de Filipo II de Macedonia y la imposición de su liderazgo sobre las debilitadas ciudades-estado griegas.

Haz clic aquí para volver al índice de píldoras históricas.

Si te gusta la historia, haz clic aquí o en la imagen de abajo para conseguir tu libro personalizado con la historia de tus apellidos. O bien, visita la sección de mis servicios para descubrir más formas de disfrutar del pasado en tu día a día.

×