
¡Nos ponemos en marcha con las campañas! El modo de un jugador con campañas tematizadas y mapas prediseñados para reflejar situaciones históricas sirve para aprender las mecánicas del juego, sobre todo a través de su primera campaña: El Ascenso de Egipto, que actúa a modo de tutorial.

Los primeros ocho mapas sirven para conocer el funcionamiento básico, con el juego invitando a comenzar en el noveno de ellos si el jugador ya tiene algo de experiencia pasada en el juego.
El primer capítulo, Caza, nos sirve como aprendizaje para obtener comida inicial y crear nuevos aldeanos, y se nos introduce a través de una narración bien cuidada que nos pone en contexto y nos indica el objetivo: crear 6 aldeanos.
Además, a través de texto, cada mapa ofrece varias pistas e información histórica extendida para aprender sobre la parte del pasado en la que está ambientada cada misión. Se puede escoger entre cinco niveles de dificultad. La dinámica que seguiremos es empezar siempre por el nivel Máximo, a modo de reto, disminuyendo un nivel de dificultad por derrota para no sufrir estancamiento y alargar demasiado el juego, comprobando así en qué nivel conseguimos estar cómodos.
Ya lanzados al juego en sí, podemos empezar a descubrir las diferencias de esta edición avanzada con aquel Age of Empires original de 1997. La novedad más evidente es su apartado gráfico, con texturas actualizadas, más suaves y cuidadas, que si bien siguen estando lejos de los gráficos de última generación, mejoran sin duda aquel aspecto bruto de finales de los 90. Una de las principales nuevas ventajas es poder hacer zoom para abarcar más territorio en la pantalla, ya que en el juego original la cámara se sentía demasiado cerca con poca visión del mapa.
El cometido de este primer tutorial es sencillo: enviar a los aldeanos a cazar animales salvajes como única fuente de comida. Los animales huyen cuando se les ataca, por lo que es interesante hacerlo desde una dirección que les haga huir hacia el centro de ciudad, que es donde se depositan los alimentos, para que los trayectos de recogida sean más cortos y la recolección finalmente más rápida.
Cada 50 unidades de comida podemos crear un nuevo aldeano, aunque para tener más de cuatro es necesario construir una casa, con cada edificio aumentando en 4 unidades la capacidad máxima de población. Una casa cuesta 30 unidades de madera, por lo que tenemos suficiente para la casa adicional que se requiere. Recolectando comida y creando unidades, cumplimos este primer paso en el juego rápidamente.

El siguiente mapa, Forrajeo, nos invita a construir los primeros edificios básicos para conseguir recursos: un almacén, un granero y un muelle.
La madera la conseguimos de los árboles depositándose en el centro de ciudad, al menos hasta que tenemos 120 unidades de madera para crear un almacén subterráneo más cerca de los árboles para acortar los trayectos de entrega.
Mientras tanto, conseguimos alimento de los arbustos para aumentar la población, construyendo un granero con 120 unidades de madera junto a los arbustos para hacer las entregas más rápidas.
Con 100 unidades de madera, construimos también el muelle cerca del agua (cuyas texturas muestran la principal diferencia con el apartado gráfico del juego original) completando así el objetivo de manera sencilla, mostrando un Age of Empires con mecánicas claras y fáciles, un elemento distintivo de la saga.

Seguimos con el tercer mapa, Descubrimientos, cuyo objetivo es encontrar cinco pinturas a lo largo del mapa para enseñarnos a movilizar unidades y explorar. Para ello, necesitamos crear un grupo de aldeanos lo suficientemente fuerte para enfrentar posibles enemigos, para lo cual aplicamos todo lo aprendido anteriormente.
Con una decena de aldeanos comenzamos la exploración, aprendiendo para ello a agrupar unidades. El juego permite seleccionar las unidades que queramos y asociarlas a cualquier número del teclado numérico para seleccionarlos rápidamente, una característica básica para la estrategia actual y que se echaba en falta en el juego original.
Cuando las unidades se mueven en grupo, aún se mueven un poco torpes, no se unen de forma compacta y quedan alejadas unas de otras, aunque no de forma tan exagerada como en el juego original, pero existe una agrupación algo antinatural y en ocasiones molesta que todavía se siente en esta reedición.
En cualquier caso, exploramos el mapa viendo cómo se va revelando el minimapa en la parte inferior derecha de la pantalla y enfrentando unas pocas unidades enemigas, además de animales salvajes, encontrando las cinco pinturas y cumpliendo el objetivo.

Nos vamos al mapa Avanzando hacia una Nueva Era donde el objetivo es pasar de la Edad de Piedra inicial a la Edad de las Herramientas, lo que permite desarrollar nuevas tecnologías más avanzadas y crear nuevas unidades más fuertes.
Para conseguirlo, es necesario conseguir 500 unidades de comida, y el juego aprovecha para forzarnos a conseguirlas de la pesca, ya sea con los ciudadanos obteniendo pescado de zonas costeras o a través de los barcos pesqueros. Esta es una buena opción para conseguir comida rápido ya que gastamos madera (50 unidades por barca) y no consumimos la comida obtenida para crear nuevos aldeanos.
Con las 500 unidades de comida tras desplegar una flota de pesqueros, pulsamos el botón de avanzar de edad en el centro de ciudad, esperamos el tiempo necesario para completarse (2 minutos), y misión cumplida.

Con el siguiente mapa, Escaramuza, abarcamos el aprendizaje militar, y dejamos de lado la recolección de recursos con el juego ofreciéndonos un ejército de 4 arqueros y 3 soldados con hacha. Los soldados tienen 50 puntos de vida y 5 puntos de ataque, mientras que los arqueros disponen de 35 puntos de vida y 3 de ataque.
Los arqueros son más débiles, pero letales en gran número. Por ello, asignamos los soldados a la tecla número 1 para lanzarlos al ataque en primera línea y mientras ellos resisten los ataques rivales, posicionamos algo más atrás a los arqueros que asignamos a la tecla 2 para que en una posición más segura comiencen a hacer uso de sus flechas.
Mediante el uso de esta estrategia recorremos el mapa derrotando a los enemigos con facilidad. Hay que tener en cuenta que si los arqueros disparan desde una posición elevada, causan más daño. Con estos aspectos en cuenta, no es complicado ganar la primera batalla del juego.

El sexto mapa tutorial, Agricultura, nos obliga a conseguir 800 unidades de comida y capturar una runa en territorio enemigo. Hasta el momento, históricamente el juego se había ambientado en la llegada de los pueblos al delta del Nilo, llevados por la desertización del Sahara, y la lucha entre estos nuevos inquilinos por asentarse en las fértiles tierras egipcias creando los primeros nomos o núcleos urbanos, que a su vez acabarían uniéndose en dos regiones diferenciadas, el Alto y Bajo Egipto.
En este mapa, nos ubicamos en los tiempos de Narmer (o Menes), que acabaría unificando el Alto Egipto y el Bajo Egipto convirtiéndose en el primer rey o faraón de un Egipto unificado.
Apuntes históricos aparte, comenzamos a desarrollar nuestra ciudad para armar un ejército capaz de atravesar territorio enemigo y llegar a la runa, disfrutando de las ventajas de la Edad de las Herramientas.
La principal de ellas es la creación de granjas. Una vez construimos el mercado que ahora tenemos disponible (150 de madera) se nos permite crear granjas. Esto nos permite conseguir comida de forma constante en el lugar que queramos y de forma segura, convirtiéndose en la fuente principal de conseguir alimentos. Cada granja cuesta 75 unidades de madera y es necesario regenerarlas cuando se agotan, pero siendo la madera uno de los recursos menos limitantes, es la forma por defecto de asegurarse la alimentación.
Con unas cuatro granjas alrededor del centro urbano, nos aseguramos un buen ritmo de recolección de comida, dedicando cinco ciudadanos a talar para abastecerlas de madera. Hay que tener en cuenta que el número máximo de unidades es de 50, por lo que si queremos un ejército de tamaño considerable, no podemos dedicar gran población a los recursos.
En el mercado, además de permitir la construcción de granjas, encontramos las tecnologías para mejorar la recolección de recursos y que los aldeanos los consigan de forma más rápida (en el caso de las granjas alarga la cantidad de alimento que se puede obtener de ellas antes de tener que replantarlas).
Con un buen ritmo de crecimiento de estos recursos, nos enfocamos en el desarrollo militar. A cambio de 100 unidades de comida, evolucionamos los guerreros con garrote iniciales a guerreros con hacha. En esta edad también podemos crear en el cuartel soldados con honda, unidades frágiles a distancia (25 puntos de vida y 2 de daño) pero eficaces para contrarrestar los arqueros enemigos, si los hubiera.
Pero además, podemos construir la arquería y el establo. En el establo podemos crear exploradores por 90 unidades de comida, que no son muy fuertes (solo 3 puntos de ataque y 60 de vida), pero son rápidos y sobre todo tienen un gran campo de visión, muy útil para la exploración del mapa.
Utilizamos uno de estos exploradores para descubrir la posición del enemigo y sus fuerzas que, siendo un tutorial, no son excesivas.
Creamos un ejército con una veintena de soldados con hacha y otra veintena de arqueros para retaguardia para continuar con la estrategia de la infantería en primera línea y los arqueros disparando desde atrás, aunque los barcos enemigos nos obligan a usarlos primero para acabar con ellos.

En cualquier caso, sin mucha dificultad, acabamos con la escasa guarnición enemiga y podemos continuar caminando hacia la runa. Con las 800 unidades de alimento necesarias ya conseguidas, misión cumplida y al siguiente mapa.
En el siguiente mapa, Comercio, el faraón nos obliga a conseguir 500 unidades de piedra y oro para construir su mastaba funeraria, con el objetivo de enseñarnos a conseguir el resto de recursos.
La piedra es sencilla de conseguir una vez encontramos las minas explorando al este del mapa, construyendo un almacén a su lado ya que se encuentra alejada de la posición inicial.
En cuanto al oro, si bien también se puede conseguir mediante la minería, en este caso el juego nos obliga a hacerlo a través del comercio para aprender este proceso.
Para ello, es necesario crear un puerto y barcas mercantes, y dirigirlas hacia los puertos aliados o enemigos. Las barcas dejan el recurso que elijamos en el puerto ajeno y se trae oro a cambio. Para ello, es necesario asegurar las rutas acuáticas utilizando buques exploradores para hundir los barcos rivales. Todo esto requiere un alto consumo de madera, por lo que creamos muchos aldeanos para talar y escogemos el alimento como moneda de cambio para conseguir oro.
Cuando varias barcas mercantes utilizan el mismo puerto, acaban estancándose y ralentizando el comercio, por lo que el juego incentiva a diversificar las rutas comerciales. En cualquier caso, limpiadas las aguas de barcos rivales, solo hay que aumentar el número de barcas mercantes para conseguir el objetivo y superar el mapa.

Seguimos con el mapa Religión, que nos ubica en un período de guerra frente a los libios con el objetivo de capturar una catapulta ligera que puede marcar la diferencia en la contienda. No podemos destruirla, ya que el faraón quiere esa tecnología, por lo que hay que convertirla y aquí entra en juego la figura del sacerdote, encargada de sanar unidades aliadas y convertir enemigas.
En un principio, la misión puede ser complicada por el hecho de tener que eliminar a las unidades enemigas sin dañar la catapulta para poder convertirla y llevarla de regreso sin peligro. Pero al explorar con el jinete explorador, la suerte hace que solo la catapulta persiga a la unidad exploradora, por lo que cumplir la misión es tan sencillo como llevar al sacerdote para convertirla, aunque es necesario moverlo durante el proceso para evitar sus lanzamientos.
Con la catapulta convertida y pasando de ser roja a azul, la llevamos a casa, ¡y misión cumpida!

Llegamos al noveno mapa, El Puesto de Avanzada en el Río, y aquí comienza la parte seria ya que en teoría finaliza el tutorial propiamente dicho y los mapas buscan esa transición al modo campaña habitual.
En este mapa nos ponemos al servicio del faraón Senusret III, quien conquistó a los nubios y los convirtió en provincia egipcia, con el objetivo de acabar con las torres defensivas nubias en una isla del Nilo y asentarnos en ella a través de un centro de ciudad y dos torres de defensa.
Para ello, comenzamos en un pequeño asentamiento con un centro de ciudad, almacén, granero y cuartel. Ponemos a los aldeanos a conseguir comida y madera y algo más tarde oro, recursos que tenemos cercanos, aunque al descubrir oro algo más lejano con el explorador enviamos allí a los mineros, dejando las minas de la base, más seguras, por si las requiriéramos para más tarde y tener una reserva siempre accesible.
Mientras tanto, aumentamos el ejército, alternando la creación de aldeanos y unidades militares para poder defendernos ante un inminente ataque. Puesto que ya comenzamos en la Edad del Bronce, reclutamos soldados con espada corta, más avanzados que el soldado con hacha con 60 puntos de vida y 7 de ataque, y que cuesta menos comida (35 unidades) aunque consume 15 unidades de oro.
Estos soldados tienen más aspecto de soldado de infantería griego y no encajan muy bien visualmente con la civilización egipcia, pero esta reedición opta por mantener la estética del juego original, con la limitación de variedad de diseños que supone.
En cuanto hacemos acopio de madera, construimos un muelle en la parte norte de la costa, pues tras la exploración con el jinete explorador vemos que hay menos barcos enemigos en esa zona para montar la flota.
Con cinco navíos desarrollados a Galera de guerra bajo nuestro mando, nos dedicamos a limpiar el Nilo de barcos enemigos y concentramos el fuego en las torres de la isla objetivo.

Aprovechamos para crear un barco de transporte capaz de cargar cinco soldados y llevamos cinco espadachines a la isla para que ayuden a destruir las torres. Estos resisten sorprendentemente los ataques de las torres de defensa (sobre todo tras mejorar la armadura de la infantería en el almacén), aunque hacemos un par de viajes más para enviar refuerzos.
En poco tiempo acabamos con las torres defensivas, tras lo cual enviamos aldeanos y construimos la plaza central (para ello es necesario construir antes el centro gubernamental), y nos dedicamos a recolectar 300 unidades de la piedra que hay en la isla para crear las dos torres de guardia que nos dan la victoria en un mapa sencillo ya que el enemigo no disponía de edificios para crear ejército, con las unidades rivales ya definidas, por lo que la dificultad no influye demasiado en el desarrollo.

Seguimos por lo tanto en el nivel Máximo para el siguiente mapa, Batalla Naval, en el que comenzamos de nuevo rodeados por el Nilo, esta vez con el objetivo de recuperar un artefacto valioso para el faraón robado por los libios.
Disponemos de plaza central, granero, almacén, torre defensiva, puerto y establo. Ponemos a los primeros aldeanos a recolectar comida de los arbustos y a medida que crecen los alimentos ponemos a los siguientes a talar. Alternamos con unidades militares para defender algún ataque inminente, y puesto que tenemos el establo probamos las nuevas unidades Camello que tenemos accesibles. Son unidades de ataque cuerpo a cuerpo montadas con un plus de eficacia contra caballos y elefantes, que cuestan 70 unidades de comida y 60 de oro. No son baratas, pero con 125 puntos de vida y 6 de ataque, pueden merecer la pena.
Tenemos oro en la ubicación inicial por lo que mandamos un par de aldeanos para poder seguir creando estos camellos.
Los primeros ataques enemigos llegan pronto por agua, y la torre defensiva apenas puede repeler los primeros barcos enemigos. Tratamos de apoyarla con galeras, pero para ello necesitamos madera rápidamente, por lo que distribuimos los aldeanos disponibles. Conseguimos los recursos justo a tiempo para crear tres galeras y repeler el ataque, una vez cae nuestra torre defensiva.

Estos ataques son frecuentes, por lo que tenemos que estar constantemente reponiendo los barcos perdidos para, al menos, resistir a la defensiva. Esta vez parece que el juego se pone serio.
Además de eso, llegan barcos de transporte que despliegan unidades enemigas, y suerte que disponemos de algunos camellos para acabar con la invasión, no sin perder algunos aldeanos por el camino.
Con paciencia restauramos la situación y desarrollamos algunas tecnologías para acelerar los recursos en el mercado. En concreto, la Rueda permite a los aldeanos moverse más rápido y nos da acceso a nuevas unidades militares, por lo que empezamos a crear soldados en Carro (133 puntos de vida y 7 de ataque).
Precisamente, llegan nuevas oleadas enemigas con carros que conseguimos detener con nuevos daños, y necesitamos controlar el mar para evitar que lleguen los barcos de transporte enemigo y no estancarnos en un ciclo de destrucción-restauración en el que en varias veces se ha podido descontrolar y perder la partida.
Al este de nuestra ubicación hay una isla con torres enemigas, por lo que aprovechamos un momento de paz para enviar cinco carros que destruyen las torres enemigas y reemplazamos por torres defensivas nuestras que nos permiten controlar el Nilo y acabar con las llegadas de barcos enemigos. En esta isla hay piedra adicional que utilizamos para fortificar con torres la costa que rodea nuestra base.
Aprovechamos para mejorar las unidades a distancia, que en grupo son mejores para defender posiciones, desarrollando el Arco Mejorado y luego el Arquero Experto, unidades con 40 puntos de vida y 4 puntos de daño que, en grupo, pueden causar un gran daño. Por suerte, la situación parece controlarse en las aguas y no son necesarios.
Con un poco de paz en nuestras tierras, enviamos un barco para explorar el mapa y descubrimos que la costa enemiga está bastante poblada de enemigos, por lo que nos dedicamos a crear una flota fuerte para despejar alguna zona donde poder desembarcar.
Con media docena de galeras procedemos al ataque, atacando una parte de la costa enemiga donde acuden todos los enemigos pero desde el agua y a distancia, son víctimas de nuestra flota. Liquidado el ejército libio, el enemigo sigue creando unidades para defenderse pero a un ritmo lento que no supone una amenaza. Con la cobertura de las galeras, enviamos un par de aldeanos para construir una torre y asegurar la posición, momento en el que el enemigo envía a todos sus ciudadanos para derribarla, cayendo uno tras otro.

Con la torre creada construimos un par de arquerías para armar un ejército en tierra enemiga, pero al comenzar a explorar vemos que ya no quedan tropas rivales, por lo que llegar al artefacto y traerlo de vuelta para completar la misión es una tarea muy sencilla, superando un mapa más de esta campaña tutorial que en su fase final se va complicando para ofrecer algún que otro reto antes de abandonar la civilización egipcia.
Seguimos con el penúltimo mapa de la campaña, Una Maravilla del Mundo, que nos ubica en el reinado de la faraona Hatshepsut, quien construyó el Djeser-Djeseru (la maravilla de maravillas), por lo que el objetivo del mapa no podía ser otro… que construir una maravilla.
Comenzamos con un pequeño enclave con un mercado, establo y un par de granjas. Puesto que no es necesario conquistar tierras y el planteamiento es en principio defensivo, creamos una arquería y comenzamos a entrenar arqueros como fuerza para defender, ya que además de contrarrestar posibles incursiones, con ellos podemos atacar a los barcos para ayudar a las torres defensivas. Desarrollamos la recolección de madera en el mercado, ya que el trabajo de este material otorga mayor daño y distancia a los proyectiles.
Los barcos enemigos no tardan en llegar, pero estamos preparados para ellos, y tampoco lo hacen en gran número.

Con el control defensivo, comenzamos a crear aldeanos para recolectar recursos. El primer paso es avanzar a la Edad del Hierro, lo que requiere nada más y nada menos que 1.000 unidades de alimento y 800 de oro.
Creamos unas seis granjas para la comida, y comenzamos a conseguir oro a través del comercio con puertos amigos al sureste (las pistas del juego anuncian su existencia). Sin embargo, tras la habitual exploración con el jinete explorador, encontramos minas de oro al este desprotegidas, así que allí enviamos unos cuatro aldeanos.
Mientras sufrimos el ataque de navíos por mar y algún que otro desembarco fácil de repeler con el grupo de arqueros desarrollados al máximo, conseguimos los recursos necesarios para avanzar de edad, sorprendiéndonos con el habitual cambio gráfico al evolucionar la civilización, que es muy bonito para esta última edad de los egipcios.

Ahora tenemos que recolectar 1.000 unidades de madera, de oro y de piedra. La maravilla es ciertamente costosa. El mapa nos muestra una isla con piedra al este, pero para acceder a estas minas primero hay que talar los árboles que la rodean. Barco de transporte hacia allí con aldeanos que ponemos a talar, y un tiempo después, a picar para conseguir piedra.
Cuando tenemos los recursos necesarios, comenzamos a construir la imperiosa pirámide, para lo cual ponemos a trabajar a todos los aldeanos para acelerar el proceso ya que la construcción es lenta y costosa. Un tiempo después, la pirámide se alza majestuosa y superamos un mapa sencillo que, a pesar de jugarse en nivel Máximo, sigue demostrando que se trata del tutorial.

Accedemos al último mapa de la campaña tutorial, El Sitio en Canaaán, que nos invita a destruir el centro gubernamental de Megido, uno de los aliados en territorio cananeo que osa enfrentarse a Egipto.
Comenzamos con una base militar con arquería, cuartel y mercado, y en el exterior varios ciudadanos esperando órdenes para comenzar a recolectar comida de los arbustos y madera de los árboles. Una pequeña guarnición de arqueros e infantería nos protege ante cualquier ataque inminente.
Para hacer honor a la civilización egipcia, creamos un ejército de carros para esta misión. Para ello, antes hay que investigar la rueda en el mercado y construir el establo. Una vez hecho, comenzamos rápidamente a crear el ejército de carros.
Cuando disponemos de una docena de ellos, los lanzamos a una zona del mapa marcada en el este donde se nos había advertido en las pistas que se podía conseguir oro y piedra. Tras la exploración con el jinete explorador, habíamos descubierto que no había muchos enemigos, por lo que el ataque es suficiente para tomar la zona y construir torres defensivas para asegurarla.

Aunque recibimos ataques desde el norte, los carros son suficientes para defenderse. Pero en cuanto tenemos algo de piedra colocamos dos torres defensivas en el vado del río para frenar estas incursiones.
Seguimos explorando y comprobamos que el enemigo tiene muchas torres defensivas. Para contrarrestarlas, construimos un taller de maquinaria y fabricamos dos catapultas ligeras, armas de asedio con un valor 10 de rango de distancia que permite atacar las torres sin exponerse. Mientras tanto, aumentamos los carros hasta el límite máximo de 50 unidades de población.
Los mejoramos con las tecnologías disponibles en el almacén para mejorar el ataque cuerpo a cuerpo y la armadura de la caballería, y los lanzamos al ataque. La intención es causar el máximo daño posible mientras seguimos recolectando recursos para avanzar a la Edad del Hierro y crear unidades superiores.
Sin embargo, los carros resisten más de lo esperado, y destruida gran parte de la ciudad enemiga, nos enfrentamos a un dilema: seguir enviando refuerzos para tratar de finalizar el ataque a riesgo de quedarnos cortos, o mejor esperar y guardar los recursos para avanzar a la siguiente edad y crear un ejército más fortalecido.
Apostamos por el ataque continuado y a medida que creamos nuevos carros los enviamos a reforzar el ataque. Estos resultan ser suficientes, pues encontramos rápidamente el centro gubernamental enemigo y lo arrasamos completando la conquista de Canaán, y por lo tanto, la primera campaña (tutorial) del juego. Ya estamos preparados para afrontar las campañas de verdad.

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